miércoles, 5 de diciembre de 2007

Contra el cierre de Casas Viejas y la criminalización de la juventud en Sevilla


Hace unos cinco años un grupo de jóvenes decidieron ocupar un inmueble que llevaba 20 años abandonado. Durante cinco años estos Jóvenes han hecho de Casas Viejas un espacio basado en la autogestión y el trabajo cooperativo, creado para fomentar iniciativas políticas y culturales frente a lo establecido y para proporcionar un espacio social y público a los sevillanos.
La ocupación en una ciudad con más de 45.000 viviendas vacías es una forma de lucha justificada y eficaz, y en 5 años han creado, fomentado o acogido infinidad de iniciativas culturales, educativas, sociales y políticas al margen de la administración, que no cubre las necesidades de la población y se dedica a mirar a otro lado, y del mercado privado, que especula y abusa de los vecinos.
Pero estos esfuerzos se han visto torpedeados por el desalojo que sufrieron el pasado día 29 de noviembre. La policía, actuando como lo que es, un perrito faldero de los propietarios, procede al desalojo del centro, pese a la resistencia pacífica de los okupas.
Estos hechos demuestran la salvaje especulación inmobiliaria a la que está sometida Sevilla, y que ejerce violentamente sus aspiraciones ya sea contra jóvenes okupas o contra personas mayores, arrendatarias de pisos con renta antigua, que son acosadas por matones, pagados por los propietarios, conocidos como “asustaviejas”
Se demuestra también la actitud cómplice del Ayuntamiento contra cualquier intento de crear parámetros de ocio no consumistas, como se verá en la próxima ordenanza cívica, en la entre otras cosas prohibirá cualquier intento de usar la calle como modo de expresión y cuyas medidas estrellas son: la obligatoriedad de pagar una altísima fianza para realizar actos en la calle, prohibición de pegar carteles o poner pancartas, prohibición de beber en la calle…
Por ello IU debe orientar su labor en la delegación de Juventud, que tan alegremente llaman la pequeña Venezuela, a proporcionar espacios donde la juventud pueda autogestionarse para ofrecer un modelo de ocio distinto.


¡No a la especulación inmobiliaria!

¡La vivienda es un derecho no un negocio!

¡NO a la ordenanza cívica!

Contra la represión de la juventud, otro ocio es posible.

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